Sólo unos minutos de fuerte lluvia han bastado para dejar las calles de Elche completamente anegadas. La circulación de vehículos se ha visto afectada por la gran cantidad de agua acumulada en la calzada.
Toda precaución era poca a la hora de cruzar las calles convertidas en auténticos ríos, y conducir era una tarea complicada.
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